Cosas que me enamoraron de Florianópolis (Santa Catarina)
- cruzandofronterasc
- 15 jul
- 3 Min. de lectura
Cuando uno piensa en Florianópolis, lo primero que se viene a la mente son sus playas paradisíacas. Y sí, son preciosas. Pero si me preguntas qué fue lo que realmente me enamoró, tendría que hablarte de otros detalles… de esas cosas que vas descubriendo poco a poco y que terminan robándote el corazón. Este No es un artículo para hacer comparaciones sobre cual es mejor porque cada ciudad tiene su encanto, solo es un relato de mi experiencia.

Una ciudad en desarrollo
No es tan grande ni tan desarrollada como una capital como Santiago, pero eso no le quita mérito. Florianópolis se ve bonita, cuidada, y con muchos proyectos de urbanismo en marcha. Hay espacios verdes, calles limpias, ciclovías (bastantes pocas la verdad), y zonas que claramente están pensadas para el bienestar de sus habitantes.
Seguridad y tranquilidad
Este tema es un poco contriversial en estos momentos debido a la situación actual en Chile con la migración pero siendo coherentes y dejandolo de lado (podriamos hacer un post discutiendo el tema jajaja), una de las primeras cosas que noté fue la sensación de seguridad. Aquí todavía puedes caminar con el celular en la mano sin sentirte en alerta constante. Es una ciudad donde aún se respira cierta calma.
Una ciudad en desarrollo
No es tan grande ni tan desarrollada como una capital, pero eso no le quita mérito. Florianópolis se ve bonita, cuidada, y con muchos proyectos de urbanismo en marcha. Hay espacios verdes, calles limpias, ciclovías, y zonas que claramente están pensadas para el bienestar de sus habitantes.
Parques y panoramas para todos
Si tienes hijos, te va a encantar la cantidad de plazas, parques y espacios públicos pensados para ellos. La ciudad ofrece muchos panoramas familiares, y si lo tuyo es salir de noche, también hay una vida nocturna bastante activa.

Sabores que me recordaron a casa
Nunca pensé que encontraría sabores tan familiares. Aunque extraño los porotos con riendas y la marraqueta con queso y palta, el feijão con arroz y el pan de queso se ganaron un lugar en mi corazón. Comer aquí me hizo sentir más cerca de mis raíces de lo que imaginé.

El ritmo del pagode
La música brasileña tiene un alma propia, pero el pagode… ¡uf! Me robó completamente. Ese ritmo alegre, tan característico de Brasil, te levanta el ánimo incluso en los días más grises. Es una banda sonora perfecta para la vida en la isla.
El clima tropical: una montaña rusa
Si vienes de Santiago, prepárate: aquí llueve, llueve y sigue lloviendo. Me recordó al clima del sur de Chile, aunque con ese toque tropical de mi país natal. En verano, el sol es implacable y la humedad… ni te cuento. También hay que decirlo: los mosquitos no perdonan. Dependiendo de dónde vivas, pueden ser un desafío.
Y sin ser menos importante… ¡su gente!
La calidez de los “manezinhos” me sorprendió para bien. Hay una amabilidad natural en la forma de tratar al otro. Me tocó ir a un municipio y ser atendida con una actitud tan buena que no lo podía creer… ¡de un funcionario público! Aquí la gente se toma el tiempo, sonríe, y eso te hace sentir bienvenida desde el primer día.
Oportunidades laborales… (tema para otro post)
Sí, hay trabajo. Pero el tema económico es complejo y merece su propio espacio, así que lo abordaré más adelante en otra publicación.
Conclusión
Florianópolis no es perfecta, pero tiene una combinación de belleza natural, ritmo relajado, cultura rica y calidad de vida que resulta difícil de ignorar. No es solo un destino turístico: es un lugar que puede hacerte sentir en casa.
⚠️ IMPORTANTE: Este contenido está basado en mi experiencia personal y puede cambiar según tu nacionalidad o el estado donde te encuentres en Brasil. No constituye asesoría legal. Te recomiendo siempre confirmar la información actualizada en el sitio oficial de la Receita Federal o directamente con la Policía Federal si estás realizando trámites migratorios.Este post se encuentra en constante actualización.



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